DATOS
Título: ¿Hay alguien ahí?
Autor: Antonio Sánchez Vázquez
Ilustrador: José Rául Orte Crespo
Autor: Antonio Sánchez Vázquez
Ilustrador: José Rául Orte Crespo
Editorial: Dissident Tales
Colección: ReBro vol. 3
Páginas: 188
Edición: 2015 (Primera)
ISBN: 9788494364846
Precio: 12,50€
Sinopsis:
Un grupo de amigos, una "oüija", y unos acontecimientos que os erizarán el espinazo a cada página. Ilustrada por el artista de cómic José Raúl Orte Crespo, la historia alcanza dimensiones insospechadas para el aguerrido lector que se pierda entre sus letras.
Un grupo de amigos, una "oüija", y unos acontecimientos que os erizarán el espinazo a cada página. Ilustrada por el artista de cómic José Raúl Orte Crespo, la historia alcanza dimensiones insospechadas para el aguerrido lector que se pierda entre sus letras.
OPINIÓN
Valoración (sobre 5): 💀 💀 💀
Lectura: 15/05/2015 al 20/05/2015
Opinión:
Entretenido libro el de ¿Hay Alguien Ahí? Está bien.
La colección Rebro nuevamente, con esta tercera entrega, nos presenta una historia ágil, directa y de lectura rápida alrededor del tema del espiritismo que te hará pasar un buen rato. En mi caso no me ha enganchado tanto como el primer volumen, La Huella del Cazador, pero a pesar de todo lo he disfrutado.
La temática me atraía porqué yo de pequeño una vez intenté hacer una sesión de ouija y aunque no funcionó, lo encontré muy aterrador y atrayente. Con esta lectura quería rememorar esas sensaciones de ataño.
La primera mitad del libro tiene un ritmo un poco lento para mi gusto, recreándose mucho con la preparación de la sesión de ouija, demasiados diálogos, el tal Mario incordiando hasta al lector (jejeje). En fin, que no sucedía gran cosa. Supongo que era una estudiada estrategia para que al sobrepasar el ecuador del libro, de golpe y porrazo, la cosa se desmadrara y el impacto fuera mayor. Con creces lo consigue. Y aquí, sin lugar a dudas, lo disfrutaréis de lo lindo. Es la parte que más me ha gustado.
También el desenlace me ha satisfacido. Un poco lo intuía y por tanto el elemento sorpresa no ha sido tanto. Pero no por eso me ha dejado de gustar. Y es que yo soy muy fan de “estos finales”, por muy vistos que sean. Os gustará y la lámina final no tiene desperdicio. Está muy bien compuesta y es super impactante, seguramente la mejor de todo el libro.
Un acierto (que desconozco si ya se implantó en el segundo volumen que aún no he leído) es que ahora las láminas no se sitúan al final de cada capítulo sinó cuando el texto casa con el dibujo. Creo que sincronizarlas ha dado fuerza a las mismas y ha permitido disfrutarlas más y mejor. Antes, en el número uno, a veces la lámina correspondía a algo leído tras páginas atrás.
Con las reacciones de los protagonistas, cuando la sesión de ouija se les va de las manos, en algunos momentos sufrí esa irritación y nerviosismo típicos de gritarles a alguno de ellos que dejara de hacer eso o aquello, que la estaban cagando, etc. Como cuando viendo una peli de terror te da por pensar que “que narices están haciendo!”. Tiene su gracia cuando te implicas así en una historia. Y eso me pasó en estos pasajes de desmadre del libro.
Debo decir no he acabado de entender la necesidad de incorporar la muñeca de trapo en el relato. Como explicó el mismo autor, esta fue incluida cuando el libro estaba medio escrito, por un descubrimiento del azar de un muñeco similar y que el autor pensó que podría estar bien introducirla en la historia. Creo que la historia se entiende y se sobra sin la muñeca. Y en todo caso, ya que la ponía, para mi gusto le hubiera sacado más partido. Pero obviamente esta es mi humilde opinión y seguramente no he sabido captar la importancia de la misma en el relato.
En resumen, el libro me ha entretenido y está bien a pesar de mis matizaciones. Y lo recomiendo como lectura rápida de terror. Celebro la creación de la colección ReBro de la editorial Dissident Tales. Seguramente me pillaré el número que me falta, el dos.
Entretenido libro el de ¿Hay Alguien Ahí? Está bien.
La temática me atraía porqué yo de pequeño una vez intenté hacer una sesión de ouija y aunque no funcionó, lo encontré muy aterrador y atrayente. Con esta lectura quería rememorar esas sensaciones de ataño.
La primera mitad del libro tiene un ritmo un poco lento para mi gusto, recreándose mucho con la preparación de la sesión de ouija, demasiados diálogos, el tal Mario incordiando hasta al lector (jejeje). En fin, que no sucedía gran cosa. Supongo que era una estudiada estrategia para que al sobrepasar el ecuador del libro, de golpe y porrazo, la cosa se desmadrara y el impacto fuera mayor. Con creces lo consigue. Y aquí, sin lugar a dudas, lo disfrutaréis de lo lindo. Es la parte que más me ha gustado.
También el desenlace me ha satisfacido. Un poco lo intuía y por tanto el elemento sorpresa no ha sido tanto. Pero no por eso me ha dejado de gustar. Y es que yo soy muy fan de “estos finales”, por muy vistos que sean. Os gustará y la lámina final no tiene desperdicio. Está muy bien compuesta y es super impactante, seguramente la mejor de todo el libro.
Un acierto (que desconozco si ya se implantó en el segundo volumen que aún no he leído) es que ahora las láminas no se sitúan al final de cada capítulo sinó cuando el texto casa con el dibujo. Creo que sincronizarlas ha dado fuerza a las mismas y ha permitido disfrutarlas más y mejor. Antes, en el número uno, a veces la lámina correspondía a algo leído tras páginas atrás.
Con las reacciones de los protagonistas, cuando la sesión de ouija se les va de las manos, en algunos momentos sufrí esa irritación y nerviosismo típicos de gritarles a alguno de ellos que dejara de hacer eso o aquello, que la estaban cagando, etc. Como cuando viendo una peli de terror te da por pensar que “que narices están haciendo!”. Tiene su gracia cuando te implicas así en una historia. Y eso me pasó en estos pasajes de desmadre del libro.
Debo decir no he acabado de entender la necesidad de incorporar la muñeca de trapo en el relato. Como explicó el mismo autor, esta fue incluida cuando el libro estaba medio escrito, por un descubrimiento del azar de un muñeco similar y que el autor pensó que podría estar bien introducirla en la historia. Creo que la historia se entiende y se sobra sin la muñeca. Y en todo caso, ya que la ponía, para mi gusto le hubiera sacado más partido. Pero obviamente esta es mi humilde opinión y seguramente no he sabido captar la importancia de la misma en el relato.
En resumen, el libro me ha entretenido y está bien a pesar de mis matizaciones. Y lo recomiendo como lectura rápida de terror. Celebro la creación de la colección ReBro de la editorial Dissident Tales. Seguramente me pillaré el número que me falta, el dos.
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