DATOS
Título: Los que murieron te saludan
Título original / Año: -
Título original / Año: -
Autor: Hernán Migoya
Editorial: Dilatando mentes
Colección: Línea general
Páginas: 545
Edición: 02/2017 (Primera)
ISBN: 9788494520358
Precio: 18,95€
Sinopsis:
“Jonas Byrne emprende un viaje hasta una remota y misteriosa aldea perdida en los Andes para visitar de primera mano la Casa Roja de Sóndor, que dicen embrujada, y reunir documentación para un célebre escritor estadounidense de best sellers de terror. Ni se imagina las consecuencias que este viaje tendrá en su vida y en la forma que tiene de verla."
Con ecos de Stephen King, García Márquez, Jodorowsky o Peckinpah, Hernán Migoya nos brinda una obra maravillosa que trasciende de cualquier catalogación y que se mueve entre el terror, las road movies fronterizas, el descubrimiento personal y la metaliteratura, para erigirse, como bien indica Jesús Palacios, en una experiencia "tan arrolladora como fascinante."
“Jonas Byrne emprende un viaje hasta una remota y misteriosa aldea perdida en los Andes para visitar de primera mano la Casa Roja de Sóndor, que dicen embrujada, y reunir documentación para un célebre escritor estadounidense de best sellers de terror. Ni se imagina las consecuencias que este viaje tendrá en su vida y en la forma que tiene de verla."
Con ecos de Stephen King, García Márquez, Jodorowsky o Peckinpah, Hernán Migoya nos brinda una obra maravillosa que trasciende de cualquier catalogación y que se mueve entre el terror, las road movies fronterizas, el descubrimiento personal y la metaliteratura, para erigirse, como bien indica Jesús Palacios, en una experiencia "tan arrolladora como fascinante."
OPINIÓN
Valoración (sobre 5): 💀 💀 💀 💀 💀
Lectura: Del 15/08/2017 al 12/09/2017
Opinión:
Bueno, una novela interesante y fuera de lo habitual. Me ha gustado.
Destacaría la originalidad de situar la historia en los pueblos andinos del Perú, un ambiente y una cultura nada usual en este típico de novelas. El amiente solitario, de misterio, de animadversión pero a la vez de indiferencia hacía todo lo foráneo, el latente (y a veces no tan latente) salvajismo que destilan las gentes del lugar, todo eso está muy bien transmitido con una singular prosa por parte del autor. Realmente a ratos te sientes agobiado con este ambiente tan oscuro y malsano en que uno se ve envuelto.
Y es que el estilo de Hernán Migoya sería el otro elemento a mencionar de esta novela. No es de lectura ágil, ni fácil, más bien todo lo contrario, pero no por eso deja de ser interesante y enriquecedora. La complejidad de sus estructuras, la inclusión de localismos que se nos harán extraños pero que en la mayoría los casos deduciremos por el contexto, la lentitud y la tranquilidad en la que debe leerse así como algunas relecturas para un mayor entendimiento de ciertos pasajes, los múltiples juegos de palabras con los que nos deleitan, etc., todo esto junto puede rallar a algunos lectores. Y lo comprendo. Pero ese esfuerzo y paciencia que se requieren tiene su recompensa en forma de una prosa muy original, descriptiva y que apela a las sensaciones. La excelente y minuciosa ambientación y desarrollo de los personajes, la sensorialidad de las descripciones (ya sean de paisajes, culturas o personajes), la inmersión total en la historia, todo eso hace que el lector viva una intensa experiencia a través de este estilo tan particular. Y todo gracias al buen hacer del autor y de sus experiencias personales en esos parajes reales. Al final del libro se aportan fotos de los mismos en un anexo muy interesante.
Después hay que mencionar que la edición es una maravilla a excepción de la fuente escogida (y su tamaño) la cual creo no facilita una lectura cómoda. La portada es impactante y te impulsa a coger el libro, las tres ilustraciones insertadas en el interior transmiten a la perfección las escenas que ilustran, el comentado anexo con información adicional y la opción de complementar la experiencia con un contenido QR es la guinda del pastel. Este cuidado amor por los libros aportando un plus con esos extras es el sello de identidad de esta nueva editorial.
El ritmo la historia es lento, muy lento, acorde, creo, con la forma de vida de los pueblos andinos. La trama y el autor se toman su tiempo para ir avanzando, todo ello ayudado por ese estilo tan particular comentado anteriormente. Tampoco es una narración de acción trepidante, pero hay dos o tres escenas de un salvajismo y una duresa extremas que no os dejarán indiferentes. No te las esperas y te quedas con la boca abierta. Lo peor de todo es que intuyo que a lo mejor están inspiradas en hecho reales...
Se trasluce una veneración a la mujer andina por parte del autor y a la vez una aceptación respetuosa al estilo de vida de la sociedad peruana (tanto para la bueno como para lo malo) basada en el instinto y sus creencias. Ese mundo aparte es todo un choque cultura para el protagonista y para los lectores que no sean latinoamericanos. En cierto sentido es una especie de ensayo antropológico encubierto de esta cultura, donde destacan por encima de todo sus creencias y ritos religiosos y paganos. Nuevamente los describe minuciosamente a partir de sus vivencias en esos lugares.
El final, y en particular el último capítulo, me ha sorprendido muchísimo. Un giro inesperado que he celebrado y que me ha dejado un buen sabor de boca
Con todo, hay algunas cosas que no me han acabado de gustar com son, en primer lugar, la introducción de Javier Palacios. La encontré demasiado académica y a ratos difícil de seguir para el lector llano (como soy yo). Una vez leído el libro, encuentro que es hasta un punto exagerada en sus afirmaciones con la novela. Por ejemplo esa mezcla entre García Márquez y Stephen King, al menos con el segundo que es el que conozco, no lo veo por ningún lado. Lo que no he sabido encontrar tampoco es la metaliteratura, a no ser que sea por cuatro pies de páginas emulando una supuesta traducción del texto... Y luego está lo comentado de la fuente escogida.
Pero "peros" a parte, la novela me ha gustado aunque debe leerse sin prisas y con cariño y la trama discurra con calma. Por ser diferente en tantas cosas y por un buen final de aquí mis cuatro calaveras.
Destacaría la originalidad de situar la historia en los pueblos andinos del Perú, un ambiente y una cultura nada usual en este típico de novelas. El amiente solitario, de misterio, de animadversión pero a la vez de indiferencia hacía todo lo foráneo, el latente (y a veces no tan latente) salvajismo que destilan las gentes del lugar, todo eso está muy bien transmitido con una singular prosa por parte del autor. Realmente a ratos te sientes agobiado con este ambiente tan oscuro y malsano en que uno se ve envuelto.
Y es que el estilo de Hernán Migoya sería el otro elemento a mencionar de esta novela. No es de lectura ágil, ni fácil, más bien todo lo contrario, pero no por eso deja de ser interesante y enriquecedora. La complejidad de sus estructuras, la inclusión de localismos que se nos harán extraños pero que en la mayoría los casos deduciremos por el contexto, la lentitud y la tranquilidad en la que debe leerse así como algunas relecturas para un mayor entendimiento de ciertos pasajes, los múltiples juegos de palabras con los que nos deleitan, etc., todo esto junto puede rallar a algunos lectores. Y lo comprendo. Pero ese esfuerzo y paciencia que se requieren tiene su recompensa en forma de una prosa muy original, descriptiva y que apela a las sensaciones. La excelente y minuciosa ambientación y desarrollo de los personajes, la sensorialidad de las descripciones (ya sean de paisajes, culturas o personajes), la inmersión total en la historia, todo eso hace que el lector viva una intensa experiencia a través de este estilo tan particular. Y todo gracias al buen hacer del autor y de sus experiencias personales en esos parajes reales. Al final del libro se aportan fotos de los mismos en un anexo muy interesante.
Después hay que mencionar que la edición es una maravilla a excepción de la fuente escogida (y su tamaño) la cual creo no facilita una lectura cómoda. La portada es impactante y te impulsa a coger el libro, las tres ilustraciones insertadas en el interior transmiten a la perfección las escenas que ilustran, el comentado anexo con información adicional y la opción de complementar la experiencia con un contenido QR es la guinda del pastel. Este cuidado amor por los libros aportando un plus con esos extras es el sello de identidad de esta nueva editorial.
El ritmo la historia es lento, muy lento, acorde, creo, con la forma de vida de los pueblos andinos. La trama y el autor se toman su tiempo para ir avanzando, todo ello ayudado por ese estilo tan particular comentado anteriormente. Tampoco es una narración de acción trepidante, pero hay dos o tres escenas de un salvajismo y una duresa extremas que no os dejarán indiferentes. No te las esperas y te quedas con la boca abierta. Lo peor de todo es que intuyo que a lo mejor están inspiradas en hecho reales...
Se trasluce una veneración a la mujer andina por parte del autor y a la vez una aceptación respetuosa al estilo de vida de la sociedad peruana (tanto para la bueno como para lo malo) basada en el instinto y sus creencias. Ese mundo aparte es todo un choque cultura para el protagonista y para los lectores que no sean latinoamericanos. En cierto sentido es una especie de ensayo antropológico encubierto de esta cultura, donde destacan por encima de todo sus creencias y ritos religiosos y paganos. Nuevamente los describe minuciosamente a partir de sus vivencias en esos lugares.
El final, y en particular el último capítulo, me ha sorprendido muchísimo. Un giro inesperado que he celebrado y que me ha dejado un buen sabor de boca
Con todo, hay algunas cosas que no me han acabado de gustar com son, en primer lugar, la introducción de Javier Palacios. La encontré demasiado académica y a ratos difícil de seguir para el lector llano (como soy yo). Una vez leído el libro, encuentro que es hasta un punto exagerada en sus afirmaciones con la novela. Por ejemplo esa mezcla entre García Márquez y Stephen King, al menos con el segundo que es el que conozco, no lo veo por ningún lado. Lo que no he sabido encontrar tampoco es la metaliteratura, a no ser que sea por cuatro pies de páginas emulando una supuesta traducción del texto... Y luego está lo comentado de la fuente escogida.
Pero "peros" a parte, la novela me ha gustado aunque debe leerse sin prisas y con cariño y la trama discurra con calma. Por ser diferente en tantas cosas y por un buen final de aquí mis cuatro calaveras.
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